Sistema de encofrados para la construcción.

Sistema de encofrados para la construcción

Radón

La Directiva Europea 2013/59 de la EURATOM sobre el control del gas radón en las viviendas, entró en vigor el 8/02/2018 y obliga a los gobiernos a realizar mediciones en lugares de riesgo y a mitigar su concentración. Todo ello en un contexto donde, según el CSN, el 10% de los edificios españoles superan los niveles de riesgo.

Según la OMS, el gas radón es la segunda causa de cáncer de pulmón después del tabaco, siendo las zonas más afectadas en España: Salamanca, el sur de Galicia, algunas zonas de la sierra de Madrid y las provincias de, Ávila, Toledo, Cáceres, Córdoba, Jaén y Gran Canaria, caracterizadas por que sus suelos están formados por materiales graníticos.

La normativa de referencia establece que los países miembros de la UE podrán introducir requisitos específicos en los códigos técnicos de edificación que eviten la entrada de este gas en los inmuebles de nueva construcción y fomenten su reducción en las casas ya construidas.

En el caso de España, desde el pasado 1 de julio de 2020, el CTE en su documento básico HS6, indica como de obligado cumplimiento en base a la localización de los proyectos, una serie de parámetros cuantitativos y cualitativos para la correcta ventilación de las cámaras sanitarias.

El radón se acumula en sótanos y bajos de viviendas, por lo que es necesario ventilar dichas zonas o ubicar medidas arquitectónicas como barreras en suelos o el sellado de la vivienda. Según los distintos estudios el gas se desintegra en 3,8 horas y el problema estaría en aquellos sitios cerrados, donde se producen las acumulaciones dañinas para la salud.

La zona principal de entrada del gas radón en edificios es el terreno, filtrándose a través de la solera, la cámara de aire de los muros exteriores, los muros de sótano, conductos de saneamiento, tuberías del suministro de agua, el forjado sanitario o a través de las fisuras, grietas o juntas. Por ello, el gas radón puede encontrarse preferentemente en las plantas sótano y bajas, sin excluir las plantas superiores, por la posibilidad de filtraciones. Por tanto, parece razonable que para saber si hay niveles elevados de gas en el interior, se proceda a realizar una medición.

En el caso de que existan niveles altos de gas radón, o de manera preventiva en aquellas construcciones nuevas o existentes situadas en las zonas de riesgo indicadas anteriormente, deberían implementarse y proyectarse medidas correctoras para su mitigación, tales como el sellado de puntos de filtración, colocación de barreras aislantes, instalación de elementos de extracción o despresurización y/o ejecución de forjados sanitarios o soleras ventiladas al exterior.

Para implementar esta última cuestión, apuntamos expresamente la conveniencia que a efectos de ventilación nos aporta el Sistema Cáviti®. La ejecución de una cámara ventilada generada por la colocación de piezas abovedadas de plástico reciclado a modo de encofrado perdido de la solera, que nos permiten una uniforme ventilación bidireccional y un perfecto aislamiento, se presenta como la opción idónea para evitar estas situaciones, nada deseables.

La solución, hoy en día cada vez más utilizada, ha demostrado ser una respuesta idónea a los problemas de filtración de gas radón en todo tipo de edificaciones.

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