Un forjado CAVITI pasa por varias fases antes de convertirse en una estructura resistente.
Preparación del apoyo
Todo empieza con el terreno. Debe estar nivelado y con capacidad portante suficiente. Se recomienda una presolera de hormigón de limpieza. La planeidad es importante.
Instalación de los módulos
Las piezas plásticas con forma de cúpula se unen entre sí mediante galces. Es rápido. Se adaptan a cualquier geometría y se cortan a medida en los perímetros. No hace falta la pieza de cierre, salvo que existan macizados perimetrales y estos se hormigonen al mismo tiempo que la solera.
Hormigonado
Se coloca primero la malla electrosoldada. Después se vierte el hormigón, ya sea con bomba o cubilote. Hay que vibrar mínimamente las zonas donde confluyen las piezas, donde se forman los pilares del sistema. Se puede talochar o fratasar después, como en cualquier solera.
Resultado
Una vez fraguado, el forjado soporta grandes cargas. Los pilares que genera el sistema le dan esa capacidad. Se usa hormigón HA-25 o superior. La estructura final es duradera y funciona en naves industriales, aparcamientos, zonas de tránsito o rehabilitaciones.
El ciclo es simple pero cada fase importa. Un buen apoyo inicial garantiza un buen comportamiento final.
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