El forjado sanitario es el espacio vacío entre el suelo y la primera planta del edificio. Parece simple, pero hace mucho más de lo que imaginas.

Evita que la humedad suba desde el terreno. Sin él, las paredes absorben agua y aparecen manchas, moho y malos olores. También permite que el aire circule por debajo, manteniendo la estructura seca.

No todos los constructores lo incluyen. Algunos lo ven como un gasto extra. Pero es justo lo contrario: es una inversión que te ahorra problemas graves después.

Un edificio saludable empieza desde abajo. El forjado sanitario es esa base invisible que protege tu salud y tu bolsillo durante décadas.

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